viernes, 14 de agosto de 2009

...Y regresó

Cuando entro en las penumbras, en el calor húmedo y los túneles de las catacumbas, emerge esa explosión que culmina en la transformación de mis manos en garras, mis dientes en navajas, mis costillas en alas y mis cabellos en estacas.

Dentro de mi cuerpo, los fluidos emergen del corazón y diafragma en una explosión de adrenalina y ácido lisérgico.

La cacería inició... y me dejé morir.
La presa tenía un disfraz de cordero... en realidad era mi maestro.

Y caí en una lección cuya factura habría de pagar con cada latido y suspiro...

Ahora volvió admitiendo que soy un simple siervo... un fiel aprendiz más.

Amor. Tenazas. Colmillos. Garras.
La noche empapa y la heroína del deseo me embriaga.

Esferas de sol, luna y llamas.
Rugido y belleza del felino águila.

Bebo poción del deseo y alegría efímera.
"Temo a las balas de plata que hay en tu mirada".

:..::..:

No sobrevivo a la agonía.
Regresó a matar...

Se fue la criatura.
Sólo soy un hombre en paz.

"I try to hold on but it hurts too much"

lunes, 5 de enero de 2009

Bienvenido, descorazonado 2009

Por: Julio César Sánchez Onofre


He dejado a un lado esto del blogueo y la escritura en sí. De repente se van las energías y el estímulo para redactar los silentes párrafos que compondrían una entrada sinsentido o carente de lectores.


Sin embargo, me he propuesto escribir hasta el cansancio a partir de cualquier idea remota y, como muestra, he aquí mi primera creación del 2009: el vaticinio de un año que no se tentará el corazón (si es que lo tiene) para intentar sobrevivir a los macrodemonios, microdemonios e intrademonios que, al menos en mí, rodean la existencia del día a día.


Inicio la jornada con noticias del quiebre económico y las previsiones de que se incrementará el número oficial de "jodidos" en el país, mientras que quienes se parten el lomo para llevar un poco de alimento y sostener un techo, ahora tendrán que partirse también las piernas, la cabeza, el corazón, los brazos...


Posteriormente, aquella información donde Calderón pretende disfrazar su crónico desorden esquizoide con discursos que pintan a México como el paraíso dentro del infierno; sin embargo, la realidad es que sólo intenta friccionar más al ya herido mexicano con sus gasolinazos y la fórmula para los salarios mínimos: inversamente proporcional a la inflación.


Además, muertos por doquier, en el norte y sur del país, y últimamente en el Medio Oriente del globo. "Queremos que haya los menos muertos civiles posibles, empero, en una guerra siempre habrá bajas civiles", decía esta mañana la canciller de Israel ante las hostilidades militares que ha emprendido aquel país contra el territorio palestino, justificando (bien a la gringa) esta acción como "lucha contra el terrorismo", contra la organización disidente "Hamás". Y ambos se acusan entre ellos a la vez que el resto del mundo está muriendo lentamente.


Aunque mi día no puede estar completo sin una vacía rutina. Trabajo desde las siete de la mañana (seré honesto: siete y media; nunca puedo llegar temprano) para comunicar al mundo de los negocios el escenario que vive el mundo, dando prioridad a los números, las finanzas y las empresas. Aburrido.


No he de negar que llegan momentos en que me siento a gusto con lo que hago: hablo sólo lo necesario, me informo, aprendo, no me molestan, no se meten en mi vida privada; aunque la mayoría del tiempo pienso y siento que no estoy en lo que me gustaría pues quisiera conocer el mundo a través del arte y las personas. A veces creo que estoy en el inicio de algo que me llevará muy lejos... aún no lo sé.


Los vacíos en la vida, un círculo social demasiado normal, miedos y ganas de comerme el mundo prosiguen a lo largo de la tarde, mientras mis pensamientos paranoicos, deseos no consumados y frustración a nivel personal, profesiona y sexual, mantienen el caos durante las 24 horas (ni en el mundo onírico se quieren alejar).


Y por último, sobrevivir con este corazón mal herido desde hace tiempo atrás que ha perdido la ilusión, inspiración y los sueños. Esperando diario una llamada donde me diga "mi amor" y mis ojos puedan brillar de nuevo. Con la ilusión de poder verle una vez más y que haga vibrar hasta lo más profundo de mi alma. Deseoso de probar sus labios ante la espera de no acostumbrarme ni volverme adicto, pues mi vida en ese instante terminaría (otra vez).


Casi todos los días rompe mi corazón al hablarme de su pareja y sus aventuras: una vida en la que me presento como testigo, mas no como participante activo a menos que sea requerido. Requerido para rescatarle cuando le han herido o cuando se siente amenazado. Siempre estoy ahí, pero ¿alguna vez ha estado para mí?


Soy su ángel. Me ama como nadie. No me quiere lejos. Será difícil de ahora en adelante. Debería bastarme con saber que soy un pilar en su vida. Quisiera ser algo más. Quisiera una señal que me asegure que al final terminaremos juntos, y nada ni nadie nos podrá separar. Será para mí, seré para ti.


Tengo miedo que si llega ese momento, yo sólo tenga negatividad como respuesta debido a tantas heridas, cicatrices y hemorragias que me ha ocasionado. No quiero, pero tampoco se siente confortable una ilusión en la que, de primera instancia, es casi extinta la posibilidad de volverse una realidad tangible y vivencial.


¿Cuándo seré lo suficientemente bueno para que me tome en sus brazos y no me suelte jamás? ¿Cuándo podré convertirme en un ser tan creativo como para no aburrirle la existencia? ¿Cuándo seré tan inteligente como para poder enriquecerle su ávida mente? ¿Cuándo seré lo suficientemente vivido y experimentado como para que disfrutemos los más grandes placeres humanos y sobrehumanos? ¿Cuándo seré aquello que quiere, necesita y es capaz de tomar?... son pocas de las preguntas que a toda velocidad revolotean en mi cabeza.


Mi corazón se acelera al verle, al sentirle... quisiera morir de un infarto en sus brazos.


Pero el deseo de morir es lo único que no ha mermado a inicios de este año.


"La imaginación nos engaña con torpes fantasías, puesto que la realidad nada nos puede dar".- Octavio Paz.


Esperando una llamada, sin apartar la vista del "Messenger" para captar el anuncio de que se ha conectado, es como doy la bienvenida a un descorazonado 2009.

martes, 7 de octubre de 2008

Sí, se advirtió

Por: Julio César Sánchez Onofre


Sí, se advirtió anteriormente que era necesario un cambio, no únicamente en el nombre del partido al poder, sino uno sustancial para no caer; sin embargo, Felipe Calderón no ha sabido llevar las riendas del usurpado liderazgo federal que desde el año 2000, “El Zorro” gerente de Coca-Cola (como llamó Rafael Correa a Vicente Fox) venía prometiendo.

Sí, se advirtió que Calderón debía alejarse de las políticas autoritarias y entreguistas, sobre todo en un contexto de quiebre económico; debía parar la militarización de la nación en lugar de transformar el ejército de paz en uno represivo y violento.

Sí, se advirtió que el poco interés en el bienestar social por parte del gobierno, la concentración de la riqueza en unos cuantos y el encarecimiento de la vida misma provocarían un quiebre.

Pero las voces del segundo país más peligroso para el ejercicio de la labor periodística no fueron escuchadas y crecen las presiones de la población mexicana inmersa en inseguridad, censura, miedo, descontento y hambre. ¿Se está configurando una peligrosa bomba de tiempo?


¡Cuánta pólvora!

El descontento magisterial ante la Alianza parar la Calidad Educativa (matrimonio de Gordillo y Calderón) que convierte al sistema educativo en un modo pragmático de tecnocratizción, revivió a la, hasta hace pocos meses, silente APPO; las movilizaciones sociales en contra de las reformas energéticas prianistas que buscan la privatización del sector petrolero; la paranoia social ante las ejecuciones que develan el verdadero poder de los cárteles de la droga; el incansable movimiento antorchista; la caída de las economías capitalistas que comienza a repercutir en la mexicana; los elevados precios del petróleo y los constantes gasolinazos que encarecen… ¡hasta los nopales! ¿Qué más necesita Calderón para aceptar su fracaso como mandatario?


La chispa

“¡Espurio!”, “¡No hay libertad!” gritaron Andrés Gómez, estudiante del CCH Sur, y Marco Virgilio Jiménez, estudiante de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras, durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional de la Juventud. Fueron detenidos bajo el argumento de disturbar una ceremonia solemne, pero puestos en libertad posteriormente ya que el gobierno tuvo la “amabilidad” de no presentar cargos en su contra.


¿Y si se hubieran quedado encerrados?

La primera acción represora, retenerlos por expresar su opinión al licenciado Felipe, generó un sinfín de reacciones en contra del mandatario. En consecuencia, si el gobierno presentaba cargos y encerraba a dichos estudiantes, la ira universitaria no se hubiera hecho esperar.

Así como hace 40 años todo inició por una bronca entre estudiantes de media superior en un partido de fútbol, en esta ocasión el detonante hubiera sido el descarado autoritarismo que el calderonismo representa. Al imaginar la magnitud de la movilización estudiantil de las instituciones de educación media superior y superior, en su mayoría públicas, pero sin descartar las células políticas en las privadas, se podría homologar el impacto al ocurrido el 2 de octubre de 1968.

Miles de estudiantes se hubieran manifestado en contra de la evidente represión, atiborrado las calles bajo consignas de libertad y exigencia de un gobernante tolerante, capaz de dirigir al país y de rendir cuentas claras a los ciudadanos.

A este movimiento, muchas otras movilizaciones sociales se hubieran sumado: las magisteriales, los sindicatos obreros, las brigadas del gobierno legítimo, los grupos de izquierda, los antorchistas, la APPO y hasta los de Atenco participarían, entre muchos otros.


Los estudiantes universitarios no están solos

El respaldo social está presente y es evidente. Las acciones militares características del gobierno actual hubieran reaccionado bajo pretexto de “preservar la paz y el orden social”: el craso error que Calderón pudiera cometer.

Y es que ahora no hay Olimpiadas, al contrario, hay descontento y especulaciones. Si un genocidio ocurriera como respuesta a las demandas sociales, la nación en general, que busca una salida al colapso de sus bolsillos y de su seguridad, así como los organismos internacionales se levantarían para exigir respuestas y su abdicación.

Si Díaz Ordaz temía por su vida, razón oficial que motivó el “freno” del movimiento estudiantil del 68, Calderón podría estar bajo las sábanas, temblando porque en cualquier momento su “teatrito” (gobierno) podría costarle la silla presidencial e incluso la vida -política- (para ser dramático).

Se salvo de ésta… Resta esperar cuánto más aguantará antes de generar una nueva chispa que podría culminar en un nuevo genocidio o en la tan esperada abdicación del moreliano presidente “ilegítimo”… Sí, se advirtió.

martes, 9 de septiembre de 2008

¿Sabes lo que se siente vivir muerto?



Yo sí.

Un inmenso vacío, producto de lo difícil que es seguir cuando el mismo ser que te elevó, te ha derrumbado, te ha disparado, como un cazador lo hace al pato; y más aún, cavó la tumba pero no te enterró... dejó tu cuerpo interte a la deriva y al capricho del viento, al lado del hueco.

Se siente el desastre interior y exterior, una maraña de caos en las vísceras, sin pensamiento, sólo hastío al ver cómo se aparta cada vez más de tu podrido cuerpo, descomposición que ese mismo ser provocó.

El cansancio por fingir una vida que no existe más... pretender actuar, pretender respirar, pretender caminar... pretensiones al borde del colapso... imposibilidad de llorar.

Arrepentimiento agobiante.
Sufrimiento interminable.
Fuego azul con llamas de hielo.
Abandono.

Ganas de matar.
Ganas de huir.
Ganas de gritar.
Ganas de abandonar este cuerpo.

Volver a empezar, esta vez sin creer en infundamentadas ilusiones.

Tengo frío...

sábado, 6 de septiembre de 2008

Sin champagne


Es como... haber probado la más fina champagne bajo un estado de sopor ligero e hilarante, y ahora añorarla al no poder sentirla humedecer ni hechizar mis labios una vez más. Las noches de hogaño acumulan demasiadas botellas de vino barato, tantas destinadas a mantenerme inconsciente, en ebriedad de baja calaña.

No sabe igual... no es lo mismo... no es lo que quiero... no hay substituto...

Ansío lo inalcanzable, vovler a disfrutar del elixir y protegerlo de la más fina brisa; codiciar su autenticidad y luchar por su pertenencia en mi piel y mis latidos... mas sólo tengo botellas semi vacías de tosco vidrio con líquido artificial que quema, que entretiene y esconde por minutos el vacío... pero las cenizas son demasiadas para dejar pasar gota alguna del nuevo néctar, sin cuerpo, sin alma.