sábado, 24 de octubre de 2009

Pensando... hace frío.

Escribiendo se pierde el miedo a escribir.
¿Viviendo se pierde el miedo a vivir?


Hoy le vi; ya es el tercer día consecutivo de que lo hago después de casi un mes de perderle la pista.

Una plática fría y distante: la lejanía y la ausencia ha comenzado a mostrar sus estragos. Extraño su amor; extraño su cuerpo, su respiración sobre mi torso, su latido sobre mi pecho, su entrepierna entre mis caderas... Le extraño...

Me da miedo aceptar que ya no le amo, mas tengo la sospecha de que es sólo la barrera construida entre nuestras almas para no volver a caer de nuevo... En realidad el sentimiento continúa muy fuerte y muy reprimido.

No dejo de pensar en las cinco veces que el jueves me dijo "te amo" y automáticamente respondí "yo más"; las tres veces que lo hizo el viernes y la única que hoy repetimos tal ritual... se acaba la autenticidad y legitimidad de ese discurso. Y creo que lo empieza a notar.

Los abrazos disminuyeron paulatinamente a la vez que mi silencio se fue incrementando (pero no aquél que denota conexión y paz, sino frialdad y un gran espacio entre los dos).

A veces creo que debo disculparme por la falta de entrega que una vez encontró en mí. En estos momentos debería entregarme por completo y destruir los bloqueos causados por su crueldad, estupidez y promesas rotas de un futuro conjunto, existentes en un pasado no muy lejano. Algunas veces pienso que debería abrazarle, besarle y olvidar ante el dolor que enfrenta, mismo que está a once días de terminar. Pero no puedo...

No puedo porque no tengo nada que dar; porque todo lo que tiene alguien más se lo puede otorgar y yo simplemente soy uno más que ronda por ahí...

Un viejo novio cruzó por nuestro camino y me pidió que paralizara todo movimiento para que lo alcanzara, saludara, abrazara, besara y le hiciera brillar los ojos. Yo quisiera que algún día le brillen los ojos cuando me vea, mostrarle otra vez que soy capaz de darle mi vida... pero no es lo que quiere.

No tengo nada que dar, porque mi abrazo lo encuentra en torsos ajenos; mis besos los encuentra en una infinidad de labios; mi entrega la halla en el norte y en el sur; mi mirada y mis caricias las tiene en el oriente y en el poniente... Amor y diversión, cerca de Av. del Imán y Av. Patriotismo...

Funjo como un relleno, sin importancia real -ahora entiendo porqué nunca fui acaso una de sus tantas prioridades- y yo no me atrevo a más... porque siempre quiero más... sé que un abrazo, un beso, un suspiro y nuestras manos entrelazadas jamás serán suficientes... porque quiero ser su todo como para mí lo es todo.

Pretendo que mi corazón nunca más va a latir con el roce de tus manos.
Pretendo que es imposible volver a enamorarme abierta y completamente de ti...
Aunque esto implique un frío calador.

Mensaje directo: no quiero saber nada más de ti. Sólo quiero saber de nosotros y de nadie más... Mientras tanto espero desaparecer a la vez que te regocijas en tu felicidad y tu placer, donde yo no encuentro lugar para participar.

No es que muera de amor, muero de ti. (Jaime Sabines)

viernes, 14 de agosto de 2009

...Y regresó

Cuando entro en las penumbras, en el calor húmedo y los túneles de las catacumbas, emerge esa explosión que culmina en la transformación de mis manos en garras, mis dientes en navajas, mis costillas en alas y mis cabellos en estacas.

Dentro de mi cuerpo, los fluidos emergen del corazón y diafragma en una explosión de adrenalina y ácido lisérgico.

La cacería inició... y me dejé morir.
La presa tenía un disfraz de cordero... en realidad era mi maestro.

Y caí en una lección cuya factura habría de pagar con cada latido y suspiro...

Ahora volvió admitiendo que soy un simple siervo... un fiel aprendiz más.

Amor. Tenazas. Colmillos. Garras.
La noche empapa y la heroína del deseo me embriaga.

Esferas de sol, luna y llamas.
Rugido y belleza del felino águila.

Bebo poción del deseo y alegría efímera.
"Temo a las balas de plata que hay en tu mirada".

:..::..:

No sobrevivo a la agonía.
Regresó a matar...

Se fue la criatura.
Sólo soy un hombre en paz.

"I try to hold on but it hurts too much"

lunes, 5 de enero de 2009

Bienvenido, descorazonado 2009

Por: Julio César Sánchez Onofre


He dejado a un lado esto del blogueo y la escritura en sí. De repente se van las energías y el estímulo para redactar los silentes párrafos que compondrían una entrada sinsentido o carente de lectores.


Sin embargo, me he propuesto escribir hasta el cansancio a partir de cualquier idea remota y, como muestra, he aquí mi primera creación del 2009: el vaticinio de un año que no se tentará el corazón (si es que lo tiene) para intentar sobrevivir a los macrodemonios, microdemonios e intrademonios que, al menos en mí, rodean la existencia del día a día.


Inicio la jornada con noticias del quiebre económico y las previsiones de que se incrementará el número oficial de "jodidos" en el país, mientras que quienes se parten el lomo para llevar un poco de alimento y sostener un techo, ahora tendrán que partirse también las piernas, la cabeza, el corazón, los brazos...


Posteriormente, aquella información donde Calderón pretende disfrazar su crónico desorden esquizoide con discursos que pintan a México como el paraíso dentro del infierno; sin embargo, la realidad es que sólo intenta friccionar más al ya herido mexicano con sus gasolinazos y la fórmula para los salarios mínimos: inversamente proporcional a la inflación.


Además, muertos por doquier, en el norte y sur del país, y últimamente en el Medio Oriente del globo. "Queremos que haya los menos muertos civiles posibles, empero, en una guerra siempre habrá bajas civiles", decía esta mañana la canciller de Israel ante las hostilidades militares que ha emprendido aquel país contra el territorio palestino, justificando (bien a la gringa) esta acción como "lucha contra el terrorismo", contra la organización disidente "Hamás". Y ambos se acusan entre ellos a la vez que el resto del mundo está muriendo lentamente.


Aunque mi día no puede estar completo sin una vacía rutina. Trabajo desde las siete de la mañana (seré honesto: siete y media; nunca puedo llegar temprano) para comunicar al mundo de los negocios el escenario que vive el mundo, dando prioridad a los números, las finanzas y las empresas. Aburrido.


No he de negar que llegan momentos en que me siento a gusto con lo que hago: hablo sólo lo necesario, me informo, aprendo, no me molestan, no se meten en mi vida privada; aunque la mayoría del tiempo pienso y siento que no estoy en lo que me gustaría pues quisiera conocer el mundo a través del arte y las personas. A veces creo que estoy en el inicio de algo que me llevará muy lejos... aún no lo sé.


Los vacíos en la vida, un círculo social demasiado normal, miedos y ganas de comerme el mundo prosiguen a lo largo de la tarde, mientras mis pensamientos paranoicos, deseos no consumados y frustración a nivel personal, profesiona y sexual, mantienen el caos durante las 24 horas (ni en el mundo onírico se quieren alejar).


Y por último, sobrevivir con este corazón mal herido desde hace tiempo atrás que ha perdido la ilusión, inspiración y los sueños. Esperando diario una llamada donde me diga "mi amor" y mis ojos puedan brillar de nuevo. Con la ilusión de poder verle una vez más y que haga vibrar hasta lo más profundo de mi alma. Deseoso de probar sus labios ante la espera de no acostumbrarme ni volverme adicto, pues mi vida en ese instante terminaría (otra vez).


Casi todos los días rompe mi corazón al hablarme de su pareja y sus aventuras: una vida en la que me presento como testigo, mas no como participante activo a menos que sea requerido. Requerido para rescatarle cuando le han herido o cuando se siente amenazado. Siempre estoy ahí, pero ¿alguna vez ha estado para mí?


Soy su ángel. Me ama como nadie. No me quiere lejos. Será difícil de ahora en adelante. Debería bastarme con saber que soy un pilar en su vida. Quisiera ser algo más. Quisiera una señal que me asegure que al final terminaremos juntos, y nada ni nadie nos podrá separar. Será para mí, seré para ti.


Tengo miedo que si llega ese momento, yo sólo tenga negatividad como respuesta debido a tantas heridas, cicatrices y hemorragias que me ha ocasionado. No quiero, pero tampoco se siente confortable una ilusión en la que, de primera instancia, es casi extinta la posibilidad de volverse una realidad tangible y vivencial.


¿Cuándo seré lo suficientemente bueno para que me tome en sus brazos y no me suelte jamás? ¿Cuándo podré convertirme en un ser tan creativo como para no aburrirle la existencia? ¿Cuándo seré tan inteligente como para poder enriquecerle su ávida mente? ¿Cuándo seré lo suficientemente vivido y experimentado como para que disfrutemos los más grandes placeres humanos y sobrehumanos? ¿Cuándo seré aquello que quiere, necesita y es capaz de tomar?... son pocas de las preguntas que a toda velocidad revolotean en mi cabeza.


Mi corazón se acelera al verle, al sentirle... quisiera morir de un infarto en sus brazos.


Pero el deseo de morir es lo único que no ha mermado a inicios de este año.


"La imaginación nos engaña con torpes fantasías, puesto que la realidad nada nos puede dar".- Octavio Paz.


Esperando una llamada, sin apartar la vista del "Messenger" para captar el anuncio de que se ha conectado, es como doy la bienvenida a un descorazonado 2009.