lunes, 20 de septiembre de 2010

So long, american dream


En medio de una de las peores crisis económicas a nivel mundial, Estados Unidos dejó de ser una tierra prometida de sueños y oportunidades para aquellos ciudadanos de México y América Latina que buscan una mejor calidad de vida.

Un estudio del Pew Hispanic Center, organismo no gubernamental de investigación estadounidense, refiere que los flujos migratorios de mexicanos -con calidad de ilegales- hacia la Unión Americana decrecieron 70% durante el periodo de marzo de 2007 al mismo mes de 2009; es decir, aproximadamente 150,000 paisanos arribaron anualmente a Estados Unidos en este lapso, cuando durante la primera mitad de la década el promedio anualizado fue de 500,000.

Destaca que el año pasado los mexicanos representaron el 60% del total de inmigrantes que no poseen permiso para vivir ni trabajar en Estados Unidos, al sumar 6.7 millones de paisanos en este país cuya economía aún es la más importante a nivel mundial, con un Producto Interno Bruto de 14.1 billones de dólares en 2009 (la productividad de México fue de 874,900 millones de dólares).

De manera general, el flujo de inmigrantes no legales hacia Estados Unidos que incluye otras latitudes como América Latina, Asia, Europa, Canadá y África se redujo casi dos terceras partes durante los dos años referidos al registrar un promedio anualizado de 300,000, contra los 850,000 del periodo 2000-2005.

Este declive ha contribuido a una reducción de 8% en el número de inmigrantes que actualmente viven en Estados Unidos de manera ilegal -a 11.1 millones en marzo de 2009 desde un pico de 12 millones en marzo de 2007”, donde el descenso más drástico lo registraron las comunidades de inmigrantes latinoamericanos, excepto México, detalla el documento que fue retomado igualmente por la agencia de investigación de mercados Consulta Mitofsky.

MANTIENEN JOVEN Y PRODUCTIVA A AMÉRICA

En dicho estudio sobresale que los inmigrantes en situación de ilegalidad mantienen una mayor proporción de jóvenes de Estados Unidos que tienen entre 20 y 30 años de edad.

Así, en marzo de 2009, el 58% de los 11.1 millones de inmigrantes ilegales oscilaban entre los 18 y 39 años de edad en 2009, comparado con el 34% de los 28.4 millones de inmigrantes “legales” y el 28% de los 264.7 millones de habitantes oriundos de la Unión Americana.

Por otro lado revela que en ese mes, los inmigrantes sin papeles representaron el 5.1% de la fuerza laboral estadounidense, es decir, 7.8 millones de personas de un conjunto que comprende 154.8 millones con edades que oscilan entre 18 y 64 años, lo que implicó una caída desde los 8.4 millones registrado en 2007.

Asimismo, su participación dentro del universo de trabajadores empleados en Estados Unidos cayó a 5% en 2009, cuando en 2007 era de 5.5%. Esto significa que el año pasado el número de inmigrantes no autorizados con trabajo totalizó 7 millones, un millón de personas menos que hace tres años.

En este sentido, la tasa de desempleo para este sector de inmigrantes alcanzó 10.4%, más alta incluso que el 9.2% para los inmigrantes legales y el 9.1% de los nacidos en Estados Unidos. Actualmente la tasa de desempleo general estadounidense se ubica en 9.6 por ciento.


¿Y EL DINERO, APÁ?

México ocupa el tercer lugar en captación de remesas (dinero que envían los migrantes hacia sus países de origen) a nivel mundial, y el primero en América Latina, de acuerdo con cifras del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo.

Sin embargo, la recesión económica de Estados Unidos ha afectado de manera importante a los ingresos y las oportunidades de trabajo de los inmigrantes mexicanos, dado el impacto que la crisis ha ejercido sobre la industria de la construcción y el sector manufacturero, áreas donde existe una mayor presencia de mano de obra mexicana.

Según revela un estudio de la Subdirección de Economía de los Servicios de Investigación y Análisis de la Cámara de Diputados, elaborado con información del Banco de México, de 2007 a julio de 2010, el flujo de remesas que captaron los hogares mexicanos fue de 84,882.08 millones de dólares.

Detalla que en 2007, se captaron 26,068.7 millones de dólares; en 2008, 25,137.4 millones; y en 2009 ingresaron 21,181.2 millones de dólares, pero el flujo de ingreso de las remesas familiares disminuyó a partir del tercer trimestre del 2008, coincidiendo justamente con el inicio de la recesión de la economía estadounidense.

A tasas anualizadas, durante el primer trimestre del 2009 las remesas fueron inferiores en 4.9% respecto al primer trimestre de 2008. Para el segundo trimestre de 2009 su captación decreció 17.9% respecto al segundo trimestre de 2008.


En el tercer trimestre de 2009 el envío de remesas hacia México se redujo 16.3% respecto al tercer trimestre del 2008; y durante los últimos tres meses del 2009 cayeron 22.9% al compararse con el mismo periodo de hace dos años.


Los datos más recientes indican que de enero a julio del año en curso, las remesas descendieron 3.23% respecto al mismo periodo del 2009 al captar 417.2 millones de dólares menos, lo que significa que en lo que va del año han ingresado 12,494.87 millones de dólares por este concepto.


jueves, 9 de septiembre de 2010

Violencia pega a competitividad de México


México cayó seis lugares en el Índice de Competitividad del Foro Económico Mundial (WEF), al pasar de la posición 60 el año pasado a la 66 de un total de 139 naciones, señaló el organismo.

En el Reporte de Competitividad Global en su versión 2010-2011, el WEF reconoce que el crimen organizado, los costos de la violencia y la delincuencia, y la falta de confiabilidad en las instituciones, son parte de los problemas principales que le restan eficiencia productiva al país.

La confiabilidad y la calidad de las instituciones continúa cayendo (...) mientras que las preocupaciones sobre la seguridad entre la comunidad empresarial aumentan, debido a la creciente violencia relacionada con el narcotráfico y la intranquilidad ciudadana”, observa.

México es la cuarta economía donde el crimen organizado obstaculiza significativamente la productividad y el desarrollo de los negocios, ya que ocupa el lugar 136 de 139 en el ranking internacional, tan sólo por debajo de Venezuela (135) y seguido de Colombia (137), Guatemala (138) y El Salvador (139).

Asimismo, es la octava donde la incidencia de la criminalidad y la violencia representan costos mayores para las empresas, al colocarse en la posición 132. Colombia ocupa el lugar 134, y Guatemala, el 139.

Recientemente, el banco estadounidense de inversiones JP Morgan previó que la violencia relacionada con el narcotráfico implicaría una caída de 1.5% en el Producto Interno Bruto mexicano dada la reducción en la Inversión Extranjera Directa , así como en la inversión interna y en el turismo. (REFORMA, 6 de septiembre de 2010).


El WEF resaltó además que el mercado laboral es deficiente en México, “con regulaciones severas, gravámenes elevados en las nóminas así como altas cuotas en las contribuciones de seguridad social; y un ineficiente aprovechamiento del talento”, lo cual resta igualmente competitividad al país.



Sin embargo, reconoció que la economía nacional cuenta con políticas fiscales sólidas implementadas en las pasadas dos décadas, lo cual la coloca en el lugar 27 en estabilidad macroeconómica, por debajo de Chile (26).

El país ha mostrado un cierto grado de resistencia a las consecuencias dañinas de la crisis y ha logrado estimular su economía con políticas anti-cíclicas”, como apoyos a las Pymes, refiere el grupo en su reporte.

¿Qué hacer?

El organismo internacional sentencia que México debe trabajar en “un mejoramiento continuo para no perder terreno en competitividad ante el resto del mundo” y llamó a llevar a cabo una reforma al sistema educativo que incremente su calidad “necesaria para atender las necesidades de una economía que se mueve hacia la etapa más desarrollada del desarrollo”.






Agrega: “la educación superior pobremente notada (ocupa el lugar 79) no parece estar produciendo una fuerza laboral altamente calificada, particularmente científicos e ingenieros” lo cual merma asimismo “la adopción tecnológica y la innovación”.




Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) al presentar su Índice de Competitividad Estatal 2010 propuso que se implementen medidas para limitar el gasto corriente y el gasto en nómina por medio de una Ley General de Responsabilidad Haceindaria que involucre a los tres niveles de gobierno, junto con una mayor responsabilidad fiscal, es decir, mayor severidad en las obligaciones fiscales de los ciudadanos y los corporativos.

Igualmente sugirió una mayor y homologada rendición de cuentas a lo largo del país y el establecimiento de reglas claras en este sentido; así como una mejor inversión en infraestructura en la que se expliquen los objetivos y metas específicos de cada proyecto, donde cada gobierno y Congreso estatal establezcan su propio patrón de proyectos de inversión.

Tal vez, con estas medidas, se pueda restablecer la confianza en las instituciones mexicanas y así avanzar en la reducción de las prácticas burocráticas, la corrupción y los aún engorrosos trámites que implica la apertura de nuevas empresas que permitan estimular el mercado interno y crear motores propios para la recuperación económica.