lunes, 5 de enero de 2009

Bienvenido, descorazonado 2009

Por: Julio César Sánchez Onofre


He dejado a un lado esto del blogueo y la escritura en sí. De repente se van las energías y el estímulo para redactar los silentes párrafos que compondrían una entrada sinsentido o carente de lectores.


Sin embargo, me he propuesto escribir hasta el cansancio a partir de cualquier idea remota y, como muestra, he aquí mi primera creación del 2009: el vaticinio de un año que no se tentará el corazón (si es que lo tiene) para intentar sobrevivir a los macrodemonios, microdemonios e intrademonios que, al menos en mí, rodean la existencia del día a día.


Inicio la jornada con noticias del quiebre económico y las previsiones de que se incrementará el número oficial de "jodidos" en el país, mientras que quienes se parten el lomo para llevar un poco de alimento y sostener un techo, ahora tendrán que partirse también las piernas, la cabeza, el corazón, los brazos...


Posteriormente, aquella información donde Calderón pretende disfrazar su crónico desorden esquizoide con discursos que pintan a México como el paraíso dentro del infierno; sin embargo, la realidad es que sólo intenta friccionar más al ya herido mexicano con sus gasolinazos y la fórmula para los salarios mínimos: inversamente proporcional a la inflación.


Además, muertos por doquier, en el norte y sur del país, y últimamente en el Medio Oriente del globo. "Queremos que haya los menos muertos civiles posibles, empero, en una guerra siempre habrá bajas civiles", decía esta mañana la canciller de Israel ante las hostilidades militares que ha emprendido aquel país contra el territorio palestino, justificando (bien a la gringa) esta acción como "lucha contra el terrorismo", contra la organización disidente "Hamás". Y ambos se acusan entre ellos a la vez que el resto del mundo está muriendo lentamente.


Aunque mi día no puede estar completo sin una vacía rutina. Trabajo desde las siete de la mañana (seré honesto: siete y media; nunca puedo llegar temprano) para comunicar al mundo de los negocios el escenario que vive el mundo, dando prioridad a los números, las finanzas y las empresas. Aburrido.


No he de negar que llegan momentos en que me siento a gusto con lo que hago: hablo sólo lo necesario, me informo, aprendo, no me molestan, no se meten en mi vida privada; aunque la mayoría del tiempo pienso y siento que no estoy en lo que me gustaría pues quisiera conocer el mundo a través del arte y las personas. A veces creo que estoy en el inicio de algo que me llevará muy lejos... aún no lo sé.


Los vacíos en la vida, un círculo social demasiado normal, miedos y ganas de comerme el mundo prosiguen a lo largo de la tarde, mientras mis pensamientos paranoicos, deseos no consumados y frustración a nivel personal, profesiona y sexual, mantienen el caos durante las 24 horas (ni en el mundo onírico se quieren alejar).


Y por último, sobrevivir con este corazón mal herido desde hace tiempo atrás que ha perdido la ilusión, inspiración y los sueños. Esperando diario una llamada donde me diga "mi amor" y mis ojos puedan brillar de nuevo. Con la ilusión de poder verle una vez más y que haga vibrar hasta lo más profundo de mi alma. Deseoso de probar sus labios ante la espera de no acostumbrarme ni volverme adicto, pues mi vida en ese instante terminaría (otra vez).


Casi todos los días rompe mi corazón al hablarme de su pareja y sus aventuras: una vida en la que me presento como testigo, mas no como participante activo a menos que sea requerido. Requerido para rescatarle cuando le han herido o cuando se siente amenazado. Siempre estoy ahí, pero ¿alguna vez ha estado para mí?


Soy su ángel. Me ama como nadie. No me quiere lejos. Será difícil de ahora en adelante. Debería bastarme con saber que soy un pilar en su vida. Quisiera ser algo más. Quisiera una señal que me asegure que al final terminaremos juntos, y nada ni nadie nos podrá separar. Será para mí, seré para ti.


Tengo miedo que si llega ese momento, yo sólo tenga negatividad como respuesta debido a tantas heridas, cicatrices y hemorragias que me ha ocasionado. No quiero, pero tampoco se siente confortable una ilusión en la que, de primera instancia, es casi extinta la posibilidad de volverse una realidad tangible y vivencial.


¿Cuándo seré lo suficientemente bueno para que me tome en sus brazos y no me suelte jamás? ¿Cuándo podré convertirme en un ser tan creativo como para no aburrirle la existencia? ¿Cuándo seré tan inteligente como para poder enriquecerle su ávida mente? ¿Cuándo seré lo suficientemente vivido y experimentado como para que disfrutemos los más grandes placeres humanos y sobrehumanos? ¿Cuándo seré aquello que quiere, necesita y es capaz de tomar?... son pocas de las preguntas que a toda velocidad revolotean en mi cabeza.


Mi corazón se acelera al verle, al sentirle... quisiera morir de un infarto en sus brazos.


Pero el deseo de morir es lo único que no ha mermado a inicios de este año.


"La imaginación nos engaña con torpes fantasías, puesto que la realidad nada nos puede dar".- Octavio Paz.


Esperando una llamada, sin apartar la vista del "Messenger" para captar el anuncio de que se ha conectado, es como doy la bienvenida a un descorazonado 2009.