viernes, 26 de noviembre de 2010

Sorpresas...



“Vamos a hacer algo esta noche”... esta noche que era mi noche. La noche en que me prometió llegaría, de un fin de semana que me habría reservado, con tantos planes que maquilé en mi cabecita.

Sí, soy muy aprehensivo y lo único que quería era contarle mis aventuras, mis pequeñas frustraciones y pedirle algún consejo, cara a cara. Robarle un abrazo, quizás un beso, una mirada...lo que fuera. Robarle, sí, porque nada de eso es ni fue mío.

Entonces vi ese mensaje: “Vamos a hacer algo esta noche”, no conmigo, no para mí... Hacer algo con alguien más en mi noche... ¿Qué podía esperar? ¿Qué cumpliera su palabra? Sí, claro.

Pero nada de eso me sorprende.

Sorpresa sería que me acompañara en las próximas 72 horas de soledad para contarle cuando me convertí en ludópata y cuando fui amigo de copas de un importante empresario...

Sorpresa sería que esta situación me embargara en amargura como antes, y me preguntara una y otra vez ¿por qué lo hace, si dice amarme? (descubrí la respuesta: Mitomanía).

 Sorpresa sería que llegara por mi puerta, que recibiera una llamada diciendo que me está esperando en la esquina o, de menos, toparnos en la calle como una casualidad entre desconocidos.

Para ser franco, no espero ninguna sorpresa este fin de semana...

(Maybe I’m too old and too fat for that... Maybe I should be a teenager with a bubble butt so I won’t remain unseen for my Dear).

No hay comentarios: